El secreto mejor guardado de las empresas exitosas es hacer felices a sus empleados
Empresa Feliz suena más bien a algo que se ha puesto de moda en los últimos años ligado a la revolución digital, algo “bonito y positivo”. ¿Y quién se atreve a hablar de las empresas felices si no somos siquiera capaces de definir nuestra propia felicidad? Pues aunque resulte extraño muchos expertos lo hacen y hay cientos de artículos publicados sobre este tema. ¿Cuál es la razón?
Sentí la necesidad de delimitar el tema. Para ello nada mejor que recurrir al diccionario y al análisis etimológico del asunto “Empresa Feliz” lo cual, ¡oh sorpresa!, me deparó un interesante hallazgo.
En español, el termino empresa deriva del latín “apprehendere” con el sentido de tomar, acometer, emprender. También, -en español antiguo- , parece que se entendía por “empresa” el emblema o símbolo que los caballeros andantes pintaban en sus escudos, para mostrar al resto de mortales, cuál era el elevado propósito que guiaba sus correrías por el mundo. Puede decirse pues, que una empresa es “acometer o emprender una acción con el coraje, la valentía, la resolución y la obstinación de llevarla a cabo”, y si no que le pregunten a nuestro españolísimo Quijote, obstinado y cabezón como ninguno.
Aquí nos queremos referir a un tipo particular de empresas, aquellas definidas por dos características adicionales importantes: a) que son organizaciones y b) que son negocios. En conclusión cuando hablamos de empresas nos vamos a referir a un “proyecto acometido de una forma estructurada y organizada por varias personas para lograr un fin económico”.
¿Y feliz? ¿Cuál es su origen? Aquí viene lo mejor. Este adjetivo proviene del latín “felix”, “felicis” o sea: ‘fértil’, ‘fecundo’, Una palabra que, aparentemente, tiene su origen en el mundo agrícola en el que, por ejemplo, se hablaba de un “arbor felix” para referirse a un árbol que daba muchos frutos. Esto tiene mucho sentido, empresas felices son aquellas organizaciones humanas que tienen un propósito que alcanzan con éxito y cosechando buenos resultados.
Conclusión: Tenemos “simplemente” que hallar las diez reglas fundamentales para que un proyecto empresarial, es decir un grupo de personas trabajando juntas con un fin económico, sea una organización feliz, es decir, una organización fecunda, un proyecto exitoso.Cada empresa es diferente, pero todas ellas comparten unos principios comunes. Yo simplemente he hecho el trabajo de sintetizar en estos diez secretos lo que dicta el sentido común y la experiencia, pero a partir de este momento el trabajo es suyo… y no se equivoque, es el trabajo más difícil: “aplicar estas reglas a su proyecto y organización específicos… ejecutar, ejecutar y ejecutar”
Los 10 secretos:
* Tener un objetivo apasionante.
Las empresas felices, saben cuál es el proyecto en el que trabajan y lo resumen en un objetivo o misión sencilla, claramente definido, conocido por toda la organización.
Es un objetivo retador y apasionante. Es un objetivo trascendente. La misión de Medtronic similar a la de Novartis, es contribuir al bienestar humano aliviando el dolor, restaurando la salud y alargando la vida. La de Bimbo es alimentar, deleitar y servir a nuestro mundo. La de Coca-Cola es refrescar al mundo inspirando momentos de optimismo y felicidad. SONY quiere crear productos nuevos, originales e innovadores para mejorar la vida de las personas. Microsoft trabaja para ayudar a las personas y las empresas de todo el mundo a desarrollar todo su potencial. La misión de Google es organizar la información mundial para que resulte universalmente accesible y útil. La de Unilever es crear un mejor futuro todos los días.
* Pasión: los proyectos apasionantes los hacen realidad las personas apasionadas.
En las empresas felices solo trabajan personas apasionadas. Las empresas felices realizan una selección de personal muy exigente y apropiado a su objetivo, estrategia y forma de organizarse. Una buena búsqueda y selección de colaboradores es fundamental. Las empresas felices conocen los perfiles que precisan y no se conforman con los candidatos más aproximados, buscan hasta estar seguros de que tienen a la persona apropiada.
En McKinsey el proceso de selección dura 39 días, Google invierte en los procesos de selección una media de 37 días, si bien hay casos en los que se demora hasta cinco meses. Lo mismo sucede en Microsoft, donde el proceso dura 29 días de media, uno menos que en Facebook. Consideran que los hard skills son imprescindibles pero no suficientes y valoran especialmente los softskills de sus colaboradores, características como motivación, iniciativa, autoconfianza, entrega, habilidades sociales, liderazgo….
Las empresas felices invierten recursos en hacerse atractivas para las personas que se adecúan a sus necesidades, identifican las fuentes y bolsas de candidatos e invierten en ser conocidas y respetadas por ellos. Cuando se equivocan incorporando a personas no apropiadas, las empresas felices les invitan a salir rápidamente de la organización, pues saben que personas equivocadas frenan la energía de una organización.
* Tener una fuerte identidad.
Las empresas felices están orgullosas de lo que hacen. Sus colaboradores comparten ese orgullo. Se sienten parte de algo importante. Las empresas felices desarrollan símbolos que conceptualizan sus objetivos y estrategias y que les unen e identifican como equipo. Cuidan mucho su identidad corporativa y su proyección social.
* Ser coherente y estar alineado.
En las empresas felices existe una alineación entre todos los elementos de la estrategia y las personas. Así por ejemplo, si se establecen objetivos de equipo, se contratan buenos team players, se crean espacios de trabajo comunes, se reconoce más a los equipos que a los individuos y la retribución variable se liga a los resultados de equipo.
Si se busca la innovación se contrata colaboradores con iniciativa e imaginación, se promueve la iniciativa individual y de equipo y se fomenta la experimentación y la prueba.
En las empresas felices se garantiza una comunicación fluida y apropiada en todos los sentidos que facilita este alineamiento.
* Ejercer el liderazgo en todos los niveles de la organización.
El estilo de liderazgo de las empresas felices es el apropiado a sus objetivos, estrategia y forma de organización. Los líderes de las empresas felices están alineados, en todos los niveles, con los objetivos de la empresa.
* Construir excelentes ambientes de trabajo.
Se preocupan por la ergonomía de sus puestos y por la salud y bienestar de sus colaboradores y fomentan los hábitos saludables. Las empresas felices adoran las celebraciones. Celebran los éxitos de la empresa y los de sus colaboradores.
* Buscar constantemente el crecimiento y la rentabilidad.
Consideran que una empresa que no crece es una empresa que muere. Buscan el crecimiento para poder ofrecer desarrollo personal, profesional y económico a sus colaboradores y rentabilidad apropiada a sus accionistas. El crecimiento permite a las empresas felices incorporar a nuevas personas a su equipo nutriéndolo constantemente con ideas y formas nuevas de trabajar.
* Aceptar que los colaboradores tienen otra vida además de la laboral.
Estas empresas tienen consideración y respeto por la vida fuera del trabajo de sus colaboradores. Fomentan la conciliación entre trabajo y vida personal. Fomentan la diversidad, la igualdad y la tolerancia.
* Retribuye los colaboradores coherentemente con la estrategia.
Las empresas felices que buscan a los mejores, son también las que mejor retribuyen a sus colaboradores. Estas empresas viven en el paradigma de la abundancia, huyen del paradigma de la escasez. Invierten parte de sus beneficios en la compensación de sus colaboradores, haciéndoles partícipes de los logros de la organización. Habitualmente las empresas felices ofrecen beneficios extra salariales amplios y muy competitivos.
* Crear un entorno de trabajo exigente con medición y evaluación constante.
Las empresas felices toman las decisiones basadas en la evidencia. Miden proceso y resultados, tanto de toda la empresa como del trabajo individual. Retroalimentación constante, de lo positivo y de lo negativo, sin búsqueda de culpables, como forma de mejorar.